RICARDO BARREDA, EL CUÁDRUPLE FEMICIDA QUE ALGUNOS IDOLATRARON
El
odontólogo Ricardo Barreda falleció el pasado lunes en un geriátrico de José C. Paz. El 15 de noviembre de 1992 asesinó a su mujer Gladys McDonald, su suegra Elena
Arreche y sus hijas Cecilia y Adriana. El cuádruple
crimen fue perpetrado con una escopeta de dos cartuchos marca Víctor
Sarrasqueta que su suegra le había regalado luego de un viaje a España. En
total disparó 9 veces. El hecho sucedió en la propia casa familiar en la calle
48 entre 11 y 12. La relación entre él y las mujeres de su familia era pésima
por los constantes maltratos y humillaciones del sujeto hacia ellas.
Ricardo Barreda (todojujuy.com). |
Ricardo
Barreda tenía 55 años cuando mató a su familia. Era un gran mentiroso, acosador
y excesivamente libidinoso. Tenía muchas amantes y se jactaba de eso, incluso
frente a su mujer. Era normal que frecuentara a las prostitutas de la zona.
Acosaba a las amigas de sus hijas a tal punto de que ellas decidieron no ir más
a la casa de Cecilia y Adriana para no tener que sufrir al degenerado de su
padre.
<<Me
decían “andá a hacer los trabajos de ‘conchita’ que son los que mejor te
salen”>> dijo en el juicio Barreda. Lamentablemente esta mentira se
replicó y mucha gente le creyó al punto de idolatrarlo. Por las calles solía
circular una estampita con su figura y en su casa grabaron un grafiti que decía
“Ricky ídolo”. Muchos creyeron (o quisieron creer) que era un justiciero que se
había rebelado al maltrato sufrido. La realidad indica que era al revés.
El cuádruple femicida Ricardo Barreda en 2017 (Gente). |
El
odontólogo se quejaba de que cuando se le rompía alguna ropa se la tenía que
remendar él mismo y no alguna de las mujeres de la casa. Maltrataba y humillaba
permanentemente a su mujer. Las consideraba un objeto que debía ser usado para
su satisfacción sexual. Era normal que frecuentara a las prostitutas de la
zona. Las amigas de Cecilia y Adriana habían tomado la determinación de no ir
más a su casa para no tener que sufrir los acosos del degenerado de su padre.
Adriana Barreda, Elena Arreche, Cecilia Barreda y Gladys McDonald víctimas de Ricardo Barreda (bigbangnews) |
Tenía
muchas amantes y se jactaba de ello incluso frente a su mujer. Una de ellas era
María de las Mercedes “pirucha” Guastavino, una tarotista a la que conocía
desde la adolescencia. A ella la visitó la noche anterior y la mañana misma al
cuádruple femicidio. Muchos creen que debería haber sido condenada por haberlo
motivado a llevar a cabo los crímenes.
Días
antes del fatídico 15 de noviembre, Cecilia le había pedido a regañadientes a
su padre
que fuera garante de un crédito que estaba por recibir. Sucede que la
hija mayor de la familia estaba recién recibida de odontóloga y quería
comprarse instrumentos para instalar un consultorio en el departamento que
estaba por alquilar. La respuesta de Barreda la hizo enfurecer: aceptó pero con
la condición de que ella le pidiera a su madre que se volviera a acostar con él.
Obviamente Cecilia rechazó la contraoferta.
La casa del asesinato abandonada (infobae). |
El
trágico día del crimen, luego de darle muerte a las 4 mujeres a sangre fría,
Barreda inició su intento de encubrimiento. Primero se deshizo de los cartuchos
y de la escopeta en una boca de tormenta. Más tarde se dirigió en su Falcon
verde (vaya casualidad) a la casa de Hilda Bono, otra de sus amantes. Hilda no
sabía nada de lo que acababa de suceder. Fueron al zoológico y posteriormente a
un hotel alojamiento. Cuando volvió a su casa arrojó algunos papeles y muebles
al piso para simular un robo y llamó a Emergencias. “Hay 4 bultos” le dijo a la
operadora refiriéndose a los cadáveres de las 4 occisas.
Pintadas de repudio en la casa de la familia Barreda. (agencianova) |
Finalmente,
cuando era evidente que el autor del crimen era el propio Barreda, el comisario
Ángel Petti le jugó una vieja pero efectiva estrategia utilizada para
interrogar. Petti le acercó el Código Penal y le indicó que leyera el artículo
36, que trata sobre la inimputabilidad. Allí Barreda se aflojó y contó con lujo
de detalle cómo había sido el suceso.
Casi
dos años después Barreda relató de nuevo el femicidio múltiple. Pero esta vez
fue en el juicio. Fue condenado por la Sala 1 de la Cámara Legal a reclusión
perpetua por triple homicidio calificado y homicidio simple. Dos de los tres
jueces coincidieron en esta condena: Carlos Hortel y Pedro Soria. La tercera
jueza que componía el trinomio, María Clelia Rosentock, creyó en la teoría de
la inimputabilidad de los peritos de parte.
Escopeta Víctor sarrasqueta. (Google) |
Trece
años después salió de la cárcel favorecido con prisión domiciliaria. Se alojó
en la casa de su novia Berta “pochi” André a la cual trataba de “chancha”.
Luego tuvo un periplo por diferentes hospitales donde deambulaba por los pasillos con un intermitente estado de salud mental que por momentos lo hacía estar fuera de razón.
Cuando Barreda recibió prisión domiciliaria fue recibido con un pasacalles. (Télam) |
Una de sus últimas frases fue: “no soy feliz porque fue una cosa muy difícil de superar para mí” registrada por su biógrafo Pablo Martí. Su último deseo fue que esparcieran sus cenizas en el nuevo estadio de Estudiantes de La Plata en Uno y Cincuentaisiete, club del cual era hincha. Murió el pasado 25 de mayo por un paro cardiorrespiratorio.
La placa en el lecho de muerte de Barreda. (Franco Fafasuli/Infobae) |
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