ANTONIO SANTA ANA: "FLORENCIA KIRCHNER ME PROPUSO LLEVAR LOS OJOS DEL PERRO SIBERIANO AL CINE"

by - enero 22, 2020

El autor de la famosa novela, "Los ojos del perro siberiano", reveló por primera vez la propuesta que le hizo la hija de la expresidenta y directora de cine para llevar su best seller a la pantalla grande.


Antonio Santa Ana, es un reconocido escritor y editor. Además, hace canciones infantiles y actualmente tiene un programa de radio llamado “Sólo por gusto”, en la Radio con vos. Como editor “descubrió” grandes escritores como Liliana Bodoc, con quien se arriesgó con una obra que ya había sido rechazada en todas las demás editoriales de Buenos Aires. Luego, la mendocina se convertiría en una de las mejores escritoras argentinas de la época. Como escritor publicó varios libros infantiles y novelas juveniles. Su primera novela, “Los ojos del perro siberiano” (1998), narra una conmovedora historia de un chico al que los padres lo alejan de su hermano mayor porque este tiene sida. Dicha obra ya vendió más de 800 mil ejemplares.

Recientemente, Santa Ana publicó la secuela de su best seller luego de más de 20 años. “Bajo la estrella del Sur” salió a la venta en diciembre, con una primera tirada especial de 2 mil libros firmados por el autor y en febrero saldrá un mayor número de copias para distribuir en las librerías de todo el país.  Hoy aprovechamos para recordar la entrevista que nos brindó en su paso por la Feria del libro de Córdoba, a fines de Septiembre.

Su visita fue en el marco de la presentación de su libro “Las Canciones de Constanza”. El autor dejó interesantes testimonios inéditos de sus inicios como escritor, su juventud en la dictadura, la posibilidad de llevar al cine “Los ojos del perro siberiano”, entre otros temas de una entrevista imperdible.


Santa Ana en la presentación del libro "Canciones para Constanza" en la Feria del Libro de Córdoba

Se ve que tiene muchas pasiones. Además de escribir, le gusta la música, la cocina, la cultura en general. ¿Esos intereses ya se manifestaban en su juventud?

Sí. De chico quería jugar al fútbol y me gustaba leer. Aparte hay una cosa muy importante que es una marca de época. Yo hice toda la secundaria con la dictadura, que era terrible. Encima yo militaba. Pero de repente, cuando estaba saliendo de la adolescencia, todo se abrió con la primavera de la democracia. Entonces había muchas cosas para hacer y muy baratas. Había festivales, recitales en las plazas, ballet gratis en el hall del teatro San Martín. Fue como meterme en el mundo a una velocidad impresionante. También, se dio que la movida subterránea era muy chica, por eso vi a los Redondos antes de que fueran conocidos al igual que a Soda. Si permitís que todo eso entre, te abre la cabeza. Yo, que estuve mucho tiempo sin un mango, pude acceder a todo eso que me gustaba y me marcó muchísimo.

¿A qué edad empezó a escribir?

En esa época todos escribíamos. Escribíamos poesías horribles, escribíamos cuentos, escribíamos lo que sea. Yo el primer libro lo empecé a escribir cuando ya había nacido mi hijo mayor, más o menos en el 1992. A esa edad, con 28 o 29, yo ya había querido ser director de cine y no lo cumplí, estrella de rock y no sabía tocar bien la guitarra, ya no iba a estudiar una carrera universitaria; entonces cuando empecé a tomar apuntes para escribir me dije a mí mismo: “bueno yo seré un mediocre pero me voy a proponer algo y lo voy a cumplir”. Tardé 6 años pero al final lo cumplí. Después por suerte me fue bien, pero nunca imaginé vivir de esto. Incluso unos años descuidé mis libros un poco.

¿Ese descuido se debe a su rol de editor?

Sí, en parte. Yo trabajaba como editor en la misma editorial que publica mis libros, después me di cuenta que eso fue un error. Porque a mí me invitaban a charlas para promocionar mis libros y yo decía que no podía ir. Les decía que invitaran a Sergio (Aguirre) o a Liliana (Bodoc), porque a mí me pagaban el sueldo para que ellos vendan sus libros. Entonces durante 10 años no hice nada, no saqué libros, no aproveché chances de difusión, nada. En esos años ellos crecieron muchísimo, en alguna medida porque ligaron muchos viajes que yo no quería ir.

¿Se arrepiente un poco de eso?

No, para nada. Estoy muy orgulloso de lo que hice.


Otra de las obras destacadas del autor

¿Qué escritor admira?

Muchísimos. Unos es Sergio Aguirre. Sergio es un escritor cordobés y un gran amigo. Para mí es el mejor del género, de los que escribimos literatura juvenil. Porque él logra escribir novelas para jóvenes sin que haya jóvenes en sus novelas, eso nadie más lo hace. En definitiva, Sergio es un escritor maravilloso.

¿Cambia mucho en sus obras?

Sí, se cambia bastante. Vos cuando escribís o cuando comunicas, estás transmitiendo ideas. Cuando editás también lo hacés: discutís ideas. Entonces por ahí te dicen le falta un poco de esto o le sobra acá y vos respondés si tenés razón, o no, no le falta. En definitiva eso es lo bueno de escribir. Y de tener amigos escritores ni hablar. Si tenés claro que lo que estamos haciendo es discutir ideas, que me regales una idea para que yo escriba está buenísimo. Después a esa idea yo le voy a dar forma según como yo escribo, no como vos escribís.

¿Le gustaría que alguna de sus obras llegue al cine?

Mirá a mí me vinieron a buscar muchas veces para llevar “Los ojos del perro siberiano” al cine, pero eran directores que recién terminaban  el seminario. Yo les decía que sí al principio pero al final nunca se hacía nada. Cuando la obra tuvo más y más lectores, le dije a uno: “mirá vos me proponés una película para estar en dos festivales y que la vean 20 mil personas”. Como la novela ya tenía más de 500 mil ejemplares vendidos, yo aspiraba a que si la hacía película tendría que estar al nivel del libro. Por lo menos que tuviera la misma cantidad de espectadores. Creo que se lo debía a los lectores.

¿Y una propuesta así nunca llegó?

Si llegó, pero se metió el juez Bonadío en el medio, porque me la hizo Florencia Kirchner. Por un conocido en común me enteré que me estaba buscando, así que nos reunimos en un café. Ella venía de grabar su primera película y la iba a presentar en festivales. Yo iba con la idea de “me va a odiar todo  el mundo”. Yo no soy k. Los he criticado mucho públicamente. Pero esa tarde yo no charlé con la hija de la presidenta, charlé con una directora de cine apasionada. Yo fui a encontrarme con una directora de cine y me encontré con una directora de cine. Tenía ideas buenísimas, tenía el guion recontra estudiado. De hecho, me dijo que cuando estudiaba cine en Nueva York quiso hacer su seminario de guion con ese libro. Pero el profesor no la dejó porque el libro no estaba traducido, entonces no podía leer el original para ver la adaptación. De todos modos se notaba que conocía muy bien el libro. Me traía cosas que ni yo me acordaba (Santa Ana nunca relee sus libros) y me enseñaba formas muy interesantes de contarlo. Pero finalmente le dije que no, porque sabía que me iban a matar de un lado o de otro, era un lugar incómodo.


"Los ojos del perro siberiano" estuvo cerca de llegar al cine de la mano de Florencia Kirchner

Una lástima porque la propuesta se ve que era muy buena. ¿Después hablaste con ella?

Si charlé con ella varias veces. Siempre estuvo totalmente alejada de la política, pero la metieron en el escándalo de las cajas de seguridad y de las sociedades. Lamentablemente cuando estás en una junta tenés responsabilidades y la cagaron a ella. Ahora la está pasando mal enserio. Ya les dije que no soy k pero tampoco me identifico con este gobierno (hasta el momento de Mauricio Macri). A mí me llamaron 2 veces para trabajar con ellos. La primera, porque yo daba el perfil justo porque venía de ser gerente de 2 multinacionales y en ese momento estaba sin trabajo. Entonces me llamaron, seguramente pensando que yo era un empresario pero nunca me compré ese papel. Siempre fui un trabajador.

¿Qué cargo le ofrecían?

Ni idea. Cuando me llamaron para la entrevista yo les avisé que en tres días me iba a Mar de las Pampas y volvía en Marzo, y ahí recién estaba empezando Febrero. Así que ni lo consideré. Después me volvieron a buscar y ahí si me hicieron dudar, cuando Alberto Manguel fue director de la Biblioteca Nacional, después de la que la Biblioteca estuviera acéfala por un tiempo. Manguel es un tipo serio, muy estudioso, yo soy muy fan de él. A mí me ofrecieron manejar el presupuesto para hacer compras internacionales de la biblioteca, comprar cuadros, obras de arte. Y yo me asusté porque no sabía nada de eso y se manejaba mucha plata.

Además, en su presentación se notó que es muy respetuoso manejando el dinero de los demás. Ya expresó que como editor era complicada la responsabilidad de saber que si comete un error generalmente corren a los empleados de abajo. Imagino que en un cargo así el riesgo era mucho peor.

Siempre trato de ser respetuoso con el trabajo de mis compañeros. Eso lo tengo claro porque vengo de abajo. A los tipos que entraron por la venta o llegaron por ser los hijos del doctor, no les importa. Yo voy al edificio de Santillana donde trabajé 4 años y no trabajo ahí hace 5, y estoy a los abrazos con la chica que limpia. Con los jefes es 'hola' y 'chau'. Pero con Betty sí tengo relación, al igual que con los cocineros los recepcionistas. En definitiva todos nosotros venimos de abajo. Claro que si vos no venís de ahí, es otro el trato. Pero yo estoy convencido de que no podés tratar a alguien como no te gusta que te traten.

Por último, ¿Qué consejo les daría a los nuevos escritores?

Yo siempre digo que escriban, que practiquen. Hay que hacer el ejercicio de imaginarse una novela que les gusta en ropa interior y preguntarse ¿por qué cada personaje hace lo que hace? Si querés escribir, pensá. Hace el ejercicio, anímate a reescribirlo distinto y así vas aprendiendo.
Última obra del autor
Foto gentileza de Editorial Norma




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