EL SANJUANINO CAPITÁN EN UN MUNDIAL
Más de un siglo atrás, en el año 1905, la provincia de San Juan vio nacer a una de sus máximas glorias deportivas. José Eduardo Nehín era un muchacho humilde cuya pasión era jugar al futbol en un club que recién estaba dando sus primeros pasos: el club Sportivo Desamparados.
Apenas cuatro años después de la fundación del club Nehín debutaba con la camiseta verde y blanca en 1923. Ese sería el comienzo de una carrera que marcaría para siempre el deporte sanjuanino y lo convertiría, como bien dice el periodista Adrián De Benedictis, en un “héroe mundialista del interior”.
En Desamparados jugó junto a sus hermanos menores. Nahún era un veloz delantero derecho. Mientras que Pablo, el más chico apodado Pito, era un centrodelantero habilidoso, potente y goleador. El más grande de los Nehín trabajaba en una bodega haciendo toneles y todos los domingos se las arreglaba para calzarse la camiseta de Sportivo, defender a la oleada de delanteros con los que tenía que lidiar y arrancar desde el lateral derecho para culminar rompiendo las redes rivales.
Por aquellos años el sistema de juego era piramidal (2 defensores, 3 volantes y 5 delanteros). Su posición de half (mediocampista) derecho se consideraba defensiva y retrasada en el campo en contraposición con la afluencia de delanteros, por lo que no abundaban los jugadores que desde el mediocampo llegaran al gol con frecuencia. En consecuencia, la especial capacidad ofensiva que poseía el joven sanjuanino lo hacía sobresalir en su puesto y rápidamente logró destacar.
Fútbol
civilizado vs Fútbol barbarie
Mientras el joven sanjuanino se destacaba en su provincia, el fútbol argentino pasaba por momentos de turbulencias y desacuerdos entre sus dirigentes, cosa muy habitual en la historia de nuestro futbol. La selección argentina venía de grandes papeles en los incipientes certámenes internacionales. Primero logró el subcampeonato en los JJOO de Ámsterdam 1928, en la primera participación del futbol argentino. Luego, obtuvo el subcampeonato en la Primera Edición del Mundial de Fútbol de Uruguay en 1930.
El año posterior a dicho mundial, los principales dirigentes del fútbol argentino vieron que la considerable cantidad de equipos y los buenos desempeños de los jugadores ameritaban una entidad que organizara un torneo profesional. Sin embargo, la medida no fue consultada con todos los clubes, sólo los grandes y poderosos de Buenos Aires -en su gran mayoría- tomaron la decisión.
De ese modo se formó la
Liga Argentina de Football, que albergaba a los 18 mejores equipos del país y
que pagaba prominentes salarios a sus jugadores, pero era disidente de la oficial y no reconocida en el ámbito internacional. El
resto de los clubes conformaban la Asociación Argentina de Football, ente
oficial reconocido por la FIFA. Estas asociaciones, organizaron campeonatos paralelos
y potenciaron las tensiones entre el interior y la capital, que ya existían
desde épocas de antaño.
Una
prueba de carácter
Por su parte, el turco Nehín
seguía sobresaliendo a base de buenas actuaciones y ya contaba con un
importante caudal de goles en su club. Dichas actuaciones lo llevaron a
integrar el seleccionado sanjuanino en el Campeonato Nacional de 1931. Allí fue
el capitán y la gran figura que lideró al equipo en un histórico subcampeonato.
El seleccionado provincial venció a Mendoza, Villa Mercedes, Salta y Chaco,
hasta perder en la final del certamen frente a Bolivar. Por entonces, toda una
proeza para el futbol de su provincia natal.
Ese desempeño lo catapultó
en su carrera deportiva, al punto que vía telegrama se enteraba que era citado
para una prueba con el seleccionado argentino de fútbol. La prueba era nada
menos que contra el poderoso Racing Club de Avellaneda, multicampeón de
Argentina. Era sin duda el partido más trascendente que tenía el turco hasta el
momento. La chance de salir a al campo le llegó en el segundo tiempo y no la
desaprovechó.
Primero se ocupó de
neutralizar en defensa a Enrique García, el Poeta de la Zurda. El delantero de racing era uno de los más desequilibrantes que dio el país, considerado por
El Gráfico como el mejor wing
izquierdo del fútbol argentino. Pero nada conforme con su labor defensiva, Nehín también marcó un gol para el seleccionado argentino, demostrando todo su
poderío ofensivo. Una actuación impecable, en lo que era hasta entonces su
mayor desafío y frente al rival de mayor jerarquía.
El mundial del Fascismo
Del otro lado del
Atlántico, la Italia de Benito Mussolini era designada como organizadora de la
Copa Mundial de 1934. Con presiones al resto de los postulados y complicidad de
la FIFA, el dictador buscaba que “su mundial” le hiciera ganar apoyo popular y demostrar
además la superioridad atlética de los tanos.
El éxito del primer
mundial hizo que muchos países europeos quisieran sumar a sus equipos. Esto
llevó a jugar por primera vez eliminatorias para un mundial, aunque solo
en Europa. Por el lado de los americanos el interés fue totalmente opuesto.
Uruguay, vigente campeón, fue la ausencia más emblemática y su baja se debió a
que los países europeos intentaron boicotear su mundial con varias bajas de
último momento.
Frente a la baja del
campeón, Mussolini no podía permitir que el subcampeón no se presentara a la
competencia. A través de la FIFA, insistieron en que la Liga Argentina de
Football envíe a sus jugadores profesionales al Segundo Mundial de la historia.
Sin embargo, los clubes de esta asociación estaban abocados a recuperar el
dinero invertido en sus jugadores por lo que no accedieron a perderlos durante
los meses que duraba el viaje a Italia.
Por consiguiente, dicha
invitación recayó en la Asociación Argentina de Football que armó un
seleccionado de jugadores provincianos amateurs, para representar al país en el
viejo continente. En Buenos Aires denostaron a este seleccionado con el término
“Los Chacareros”.
La
selección de los chacareros
La destacada actuación
del half derecho sanjuanino contra el poderoso Racing Club, además de lo que
venía haciendo en su equipo y en el seleccionado sanjuanino, le valieron la
convocatoria. De modo que se embarcó hacia el viejo continente con sus pares Roberto
Irañeta, (delantero de Gimnasia y Esgrima de Mendoza), Alberto Galateo,
(delantero de Unión de Santa Fe), Ernesto Belis (zaguero de Defensores de
Belgrano), Héctor Freschi (portero de Sarmiento de Resistencia), entre otros.
Los jugadores se
entrenaban en la cubierta del barco muy temprano para no molestar a los demás
pasajeros. En el largo viaje de 2 meses
a bordo del vapor del Neptunian, Nehín envió una carta a su
San Juan natal que luego sería publicada por el diario Tribuna. La misma decía: “Nosotros los chacareros le vamos a
demostrar a los profesionales en el torneo de Roma que también somos argentinos”.
El mundial italiano se
disputó a eliminación directa entre los 16 seleccionados que participaron,
siendo el único en la historia que se jugó con esta modalidad. Argentina
enfrentó a Suecia, en el estadio Littorale de Bologna, ante la considerable
asistencia de 14 mil espectadores, según datos oficiales de la FIFA.
Los periodistas Diego
Borinsky y Pablo Vignone aseguran que el capitán desginado esa tarde era De Vicenzi, pero se le
retiró la cinta por un acto de indisciplina ocurrido la noche anterior. Lo cierto es que esa
tarde en Italia, el que salió con el brazalete fue nada menos que José Eduardo
Nehín.
Cuando por fin rodó el
balón en Bologna, los chacareros desplegaron un futbol técnico y magnífico que muy
pronto asombró a los toscos suecos y deleitó al público italiano. A los tres
minutos, Ernesto Belis puso en ventaja a Argentina con un potente tiro libre a unos 25 metros del arco. Sin embargo, el mismo Belis pifió el despeje de un corner y Jonasson se encontró con una inmejorable oportunidad de vencer al aquero chaqueño Freschi. El delantero sueco no desaprovechó la ocasión y consiguió igualar el tanteador a los nueve
minutos de la primera mitad.
El trámite del primer tiempo estuvo marcado por el dominio argentino solamente empañado por la precipitación a la hora de la definición. Por su parte, los suecos aunque dominados tuvieron un penal a favor para ponerse en ventaja tras una mano en el área argentina. Por fortuna para los sudamericanos, Freschi contuvo el remate y con el empate se marcharon a los vestuarios.
Después del descanso, el seleccionado argentino volvió decido a llevarse la victoria. A los cinco minutos del complemento Galateo, con un remate potente desde dentro del área sueca, logró vencer al portero Rydberg, para conseguir la tan ansiada ventaja. Lamentablemente para los nuestros no sería definitiva.
El trámite del primer tiempo estuvo marcado por el dominio argentino solamente empañado por la precipitación a la hora de la definición. Por su parte, los suecos aunque dominados tuvieron un penal a favor para ponerse en ventaja tras una mano en el área argentina. Por fortuna para los sudamericanos, Freschi contuvo el remate y con el empate se marcharon a los vestuarios.
Después del descanso, el seleccionado argentino volvió decido a llevarse la victoria. A los cinco minutos del complemento Galateo, con un remate potente desde dentro del área sueca, logró vencer al portero Rydberg, para conseguir la tan ansiada ventaja. Lamentablemente para los nuestros no sería definitiva.
A partir de allí, una desafortunada
actuación del portero Freschi perjudicó involuntariamente a los albicelestes. A
los 22 del complemento, tras un tiro no demasiado potente de Jonnason el balón se le escapó de las manos al
portero argentino permitiendo a los europeos nivelar el encuentro. Luego, faltando 10 minutos,
un remate del puntero izquierdo sueco, Kroon, que tampoco parecía llevar mucha violencia, se le escurrió entre las
piernas a Freschi cuando se agachó confiado a tomar el balón. Los chacareros extenuados por el desgaste físico del partido no
pudieron volverle a marcarle a un combinado sueco mejor preparado físicamente.
El infortunio del
aquero de los chacareros no culminó con ese partido. Días más tarde, se
conocería que Freschi padecía una contusión cerebral que se estima que afectó
su labor en el partido. Quizás la suerte de los argentinos hubiera sido
diferente de no mediar el agravio en la salud de su guardameta.
La vuelta a casa
La aventura mundialista
para los chacareros había terminado en apenas 90 minutos. El poderío físico de los suecos terminó por
prevalecer, en un partido en que los sudamericanos estuvieron en dos
oportunidades arriba en el marcador. A pesar de la desazón de los jugadores, su
actuación no pasó desapercibida por los grandes del futbol argentino y hasta algunos
europeos que vieron con buenos ojos el talento de los provincianos.
Los grandes dirigentes
argentinos, ni lerdos ni perezosos, ficharon a muchos de los jugadores mundialistas
en su regreso al país. Pero el capitán de los chacareros no siguió el camino de
sus compañeros hacia clubes de Buenos Aires o Europa, sino que rechazó un
contrato profesional para volver a San Juan con los suyos. Tiempo después
declararía: “¿Para que ir a los clubes grandes de Buenos Aires?, si no se puede
aspirar a nada más en el fútbol que ser el capitán de la selección en un
mundial”.
Nehín se retiró en
Desamparados cuando aún no cumplía los 30 años. Muy joven todavía, aun
considerando que en ese momento la carrera de los jugadores era más corta que
la de los jugadores actuales. El resto de sus días los pasó en San Juan, donde finalmente
falleció a la temprana edad de 57 años.
En su historia vemos
muchas acciones que se replican hoy en día: la desorganización de los
dirigentes, las desigualdades que alejan cada vez más al futbol del interior
con el de la capital, los clubes y las figuras que desprecian las convocatorias
del seleccionado nacional.
Este humilde chacarero seguramente
no figure en un top de los mejores jugadores que ha dado el país, pero nadie
puede negar que su historia es un ejemplo de la pasión por un club al que jamás
cambió y del orgullo que significa representar a la camiseta albiceleste.
Al día de hoy, todavía
es el único jugador sanjuanino en disputar un mundial. Su leyenda (olvidada por
muchos) quedó inmortalizada para siempre en su club de toda la vida. Ese que sólo
dejó por ser capitán de su selección en un mundial. Un club humilde como tantos del interior, que
lejos de las abundancias de la capital exponen amor del más genuino por sus
colores. El inmenso corazón de Nehín sigue latiendo, todos los domingos, en el
estadio de su querido Sportivo Desamparados, que hoy y para siempre lleva su
nombre.
Bibliografía:
Libro "Héroes mundalistas del interior profundo (1930-1986, del primer torneo al último título)", Adrián de Bedecis (2018).
Libro "Así jugamos: los 25 partidos más trascendentes de la Argentina en los mundiales" Diego Borinsky y Pablo Vignone (2014).
Nota en la página web "Interior Furbolero", disponible en: https://interiorfutbolero.com.ar/cracks-del-interior-jose-eduardo-nehin/
Artículo periodístico en "Diario de Cuyo", https://www.diariodecuyo.com.ar/cartasdellector/Procer-del-futbol-20191012-0045.html
1 comentarios
Gran artículo!
ResponderBorrar